viernes, 3 de diciembre de 2010

Estrellas de la tarde que parecen irreales






Damas de sonrisa fácil y belleza efímera. Noches de gasa y chiffon, copas de champagne y zapatos de cristal para las damas de alegría caduca y mirada sombría. Siluetas ceñidas que dejan entrever los reflejos del cuerpo, sonido retumbante de zapatos de salón y sinfonías tristes para la dama. Broches y botines bailan al ritmo del cabaret, noches de plumas, días de gasa y guantes de cuero. 
Gozan de la riqueza efímera en copas de champagne, bolsos de cuero y ligueros de encaje. Cubierta de diamantes, noches de raso y champagne, y satisfechas de todos sus deseos de esplendor.
Embelesadas por la avaricia y por la soledad que las rodea. Sólo les queda una ristra de perlas, un conjunto de perchas de las que cuelgan prendas caras y noches de amor prohibidos.








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