sábado, 4 de diciembre de 2010

Cupido

Hijo de Venus. Dios maligno, seductor y engañoso. Bajo la figura de un niño travieso, bromea con las ninfas, persigue mariposas y caza a los hombres. Inocente con su arco y sus flechas en forma de corazón, dispara sin saber su objetivo. Con los ojos vendados lanza su dardo hacía un humano. El niño juguetón que se cree que hace el bien, solo hace el mal. No sabe que el humano era feliz sin ser tocado por él. Ahora el humano vive intranquilo. No duerme, no come, no piensa. Solo fantasea con ese amor que Cupido le ha enviado. Si tiene suerte, le será correspondido, y si no la tiene, sufrirá y sentirá el dolor que nunca creyó posible que existiera.



¿Y todo por qué?. Por culpa de un dios representado con un pie en el aire que planea una nueva travesura. Pero por suerte para el humano, Cupido lleva alas porque la pasión que inspira no es duradera. El humano se recuperará, volverá a dormir plácidamente. Aunque todos saben que Cupido volverá a lanzar su flecha como buen diablillo que es.

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