martes, 18 de enero de 2011

Kaleidoscopic

Pensando que las cosas no son como parecen, que los sueños acaban con la mañana pero, al mismo tiempo, mientras la música resuena dentro de tu cabeza, los sueños no acaban nunca. Sabes que tu historia tiene un final, lo que pasa es que es difícil atisbar cuál es el que nos corresponde.



Es triste que por no reconocer las cosas, el último sonido que oigamos sea el pitido del ascensor que indica que nuestra estancia en el hotel ha terminado. Y que nuestra vida, ésa que empezamos en esa habitación sin nombre, con el amario vacío y con la ventana abierta, ha terminado.

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