martes, 19 de octubre de 2010

Me gustan las historias.




Me gustan las historias de amor. Aunque sean dramas. Aunque acaben mal. Porque, como dice Goethe "el hombre que no fracasa nunca es el que nunca hace nada".
 Me gustan las historias que comienzan bajo la perspectiva de unos ojos.Con sus luces y sus sombras.
 Lo importante de una historia es lo que nos inspira. En el fondo. Lo que nos enseña. Lo que nos cuenta. Lo que aprendemos. Lo que recordamos y lo que olvidamos.
Se aprende tanto leyendo las sonrisas que se escapan como contemplando una flor.
 Mientras nos jugamos la vida a las cartas.
Porque todos buscamos el amor.
Como un ramo de flores.
 Subimos y bajamos las escaleras del corazón.
Amamos.Aprendemos.Fingimos.Nos escondemos.
 Aunque no sea posible que los que nos quieren de verdad no lo noten. Y cambia la vida.
Con cambios que deseamos profundamente.Que lamentamos profumdamente.Que guardamos en nuestro inconsciente.
Y la vida se vuelve un camino.
















    

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