domingo, 24 de abril de 2011

Azul Añil

El olor a arena mojada le hacía estremecerse. Hacía tiempo que no sentia la frescura del agua, la sal pegada a su piel, tumabada en la arena, sintiendo el calor en su cuerpo expuesto al sol.
De niña iba todos los días del año. Se recordaba con sus gafas blancas de sol, su pamela rosa, y su cubo azul a juego con las palas. Construía palacios. Soñaba que era una princesa a la que tenian que rescatar.
Había dejado de ser aquella niña pequeña. Había dejado de ir a la playa a construir palacios y esperar que su principe la rescatara.
Se tumbaba en la arena y cerraba los ojos. Todos los recuerdos de niña le invadian la mente. Sabía que había cambiado, pero en el fondo queria seguir siendo aquella princesita.
Porque no queremos dejar de soñar con princesas rescatadas.